domingo, 22 de abril de 2018




VIAGRA Y POLÍTICA

A veinte años de haberse descubierto por accidente el VIAGRA (1998), por PFIZER, cuando buscaba una solución para la angina de pecho, un mal cardiaco, vemos que “El Milagro Azul”, como lo llaman los más entusiastas, mis amigos, no ha dejado de ser noticia y tema de la picaresca local e internacional. Resulta que el Sindenafil, que es el componente genérico del VIAGRA, medicamento que ha ayudado a mejorar la vida sexual de muchos hombres y sus parejas, también es la explicación que se le da a las “resurrecciones políticas”. Hay que ver que la Disfunción Eréctil es esa incapacidad para mantener una erección firme por el tiempo suficiente para tener un orgasmo y hacérselo tener a su pareja, problema mecánico que comienza a presentarse en hombres mayores de 50 y a veces en menores, causando frustración, baja autoestima y, en ocasiones muy frecuentes, terminaciones de la relación amorosa. Es decir, problemas de maquinaria, pero que se pueden resolver. 


Adrian Sapetti (médico psiquiatra y director del Centro Médico Sexológico de Buenos Aires) resumió así la acción del Sindenafil: “Ejerce una acción directa sobre el óxido nítrico, una sustancia que liberan las neuronas por efecto de la excitación, y que permite la vasodilatación de las arterias del pene y la subsiguiente erección”. Entonces el VIAGRA, “cliteralmente”, como dice uno de mis amigos, lo que hace es llenar de sangre el instrumento, levantándolo incluso hasta por cuatro horas para satisfacer sexualmente a su pareja. 


No es cierto que su nombre provenga de VIEJITOS AGRADECIDOS”; los que saben cuentan que el nombre comercial surgió de un creativo, experto en marketing, que lo relacionó con las cataratas del NIAGARA, cuya pronunciación en inglés es NAIAGRA, muy similar a VAIAGRA, para evocar a esas hermosas cataratas ubicadas en la frontera de Canadá con USA, de chorros potentes e inmenso caudal. De ahí que una buena “erección política” sea fundamental para que un candidato logre coronar con éxito y mantenerse vigente. Sin potencia y gran caudal de votos no hay paraíso.


Hay famosos que han confesado abiertamente que usan VIAGRA para mantener satisfechas a sus parejas, como Michael Douglas, cuya mujer es ni más ni menos que la magnífica Katherine Zeta Jones, muchos años menor que él, y que si nos guiamos por la película LA MÁSCARA DEL ZORRO, que protagonizó con Antonio Banderas, tiene que ser una mujer muy ardiente, a pesar de su reconocida bipolaridad (por lo menos en el imaginario colectivo). También Hugh Hefner, el recientemente fallecido fundador de PLAY BOY, era un firme defensor del VIAGRA. Y cómo no serlo, rodeado de tantas bellezas, estando ya pasadito de años (murió de 91 en su famosa Mansión Play Boy, el eterno casanova, casado con una de sus chicas de solo 31 añitos, la consentida Crystal). Y Pelé, el único rey del futbol, tampoco se resignó a perder su potencia y recomienda el VIAGRA no precisamente para meter goles en la cancha sino en la cama. (¡Quien lo ve!)



Pero, mis amigos, en política internacional tenemos ejemplos sorprendentes de “resurrecciones políticas” como Silvio Berlusconi en Italia, que no solo es adicto al VIAGRA para sus devaneos frecuentes con las nenas más play de Roma o Milán, sino también para mantenerse vigente en la política. Logra levantarla cada vez que parece más caída (su popularidad). Allí no más, en Argentina, Menen (de 80), dice que está otra vez listo para la guerra. Anda con chinas muy bellas, después de separarse de la hermosa Cecilia Bolocco, ex miss universo, y quiere ser otra vez presidente (nada menos). Pero en el vecindario, Maduro, el dictadorzuelo venezolano, colombiano de nacimiento y por lo tanto traidor a la patria, reta a la MUD (Movimiento de Unidad Nacional), de oposición, a tomar VIAGRA para levantar ese movimiento, de verdad tan caído y fraccionado, imitando como cosa rara a Chávez, quien usaba la misma metáfora con frecuencia.



Yo sé que están pensando para dónde voy. Y la verdad es que en Colombia, en estas “erecciones presidenciales, para que sigamos sintonizados con el tema, la disfunción eréctil, que es claramente “un trastorno radical peculiar”, ha hecho estragos en la candidatura de Cambio Radical, y parece que ésta ha tenido que reforzarse con VIAGRA. A Vargas Lleras le tocó, pues no levantaba en las encuestas, y ahora sí comienza a repuntar con constancia, caricias y buen manejo de la maquinaria, al mejor estilo de los campeones sexuales que se arriesgan a utilizar el “Milagro Azul”. Ya lo habían descalificado por una especie de “neomachismo indeseable”, del que supuestamente hace gala, (por aquello de los coscorrones) pero que sus seguidores ven más como la evidencia de que tiene la suficiente testosterona como para manejar esta potranca cerril en que se ha convertido Colombia. 

Los azules, los goditos, ya se definieron por él, al verle la potencia y lo templado que se ha puesto, dejando a Duque, Uribe, Marta Lucía y Pastrana, como segundo plato. Se produjo el “MILAGRO AZUL” que tal vez lo lleve a la segunda vuelta, sacando a Petro del juego. Éste se puede quedar comiendo aguacate, reconocido afrodisiaco, pero que solo da ganas y no la potencia suficiente para coronar exitosamente.



Los colombianos somos muy apasionados, mis amigos. Hasta hemos creído en los mitos sexuales que nos llegan por Internet y por los libros y revistas, (algunos todavía leemos):Para estimular el deseo sexual, los chinos recomiendan sopa de nido de pájaro, el ginseng y el cuerno de rinoceronte, lo que los hace responsables de su casi extinción. En Colombia hemos usado el caldo de raíz o pene de toro (renglón de exportación hacia la China nada despreciable, pero que allá lo usan como juguetes para perros); el jugo de borojó, esa fruta costeña tan rica y popular entre las esposas de los nativos de la costa (parece que las “hace ver el cielo”); las criadillas o testículos del toro, que parece ser uno de los preferidos del dueño del Ubérrimo, que lo mantiene siempre potente  y estimulado (levanta porque levanta, nunca se cae); y la cazuela de mariscos, tan apetecida en los mejores restaurantes del país y también en las plazas de mercado (muy popular). Pero definitivamente, lo que le hacía falta a nuestro Viagras Lleras, era poner la maquinaria del “Milagro Azul” a trabajar para él, pues ya lo había logrado con los amigos de Juanma, el partido de la U.


Ahora bien, mis amigos, ¿qué van a hacer De La Calle, Fajardo y el mismo Petro ante los campeones del VIAGRA? Y, ¿qué haremos con Vivian Morales, si no existe el VIAGRA femenino? ¿Solo borojó?




NOTA IMPORTANTE


En Colombia, según Pfizer, se vende una pastilla de Viagra cada dos minutos. En Argentina 3 de cada 10 adolescentes la usan según la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. En Colombia no hay datos estadísticos pero cada día los jóvenes la consumen más, mezclada con drogas y alcohol, poniendo en riesgo su salud. 


OPINOMETRO: ¿Cree usted que su pareja deberia usar VIAGRA de vez en cuando? No: 66,3 % Si : 23,59 % No sabe, no responde: 11,10%. ¿Si usted usara VIAGRA, se lo contaría a su pareja? Si: 55,60% No: 34,70% No sabe, no responde : 9,80%.













lunes, 16 de abril de 2018




DE TÍTERES Y TITIRITEROS

Para hablar de títeres y titiriteros, mis amigos, podemos remontarnos a épocas muy antiguas y explorar culturas distintas. Tanto niños como adultos a través de los tiempos y a lo largo de la geografía, hemos disfrutado de representaciones teatrales para adultos y, particularmente, de comedias y cuentos para niños. Para nuestro caso, podemos tomar la historia de Pinocho, para no ir muy lejos. Carlo Pallodi, su autor, narra en su cuento la decisión de Gepetto:

“He pensado hacer un magnífico muñeco de
madera; pero ha de ser un muñeco maravilloso,
que sepa bailar, tirar a las armas y dar saltos
mortales. Con este muñeco me dedicaré a correr
por el mundo para ganarme un pedazo de pan y...
un traguillo de vino. ¡Eh! ¿Qué le parece?”


Y efectivamente Gepetto, el viejo carpintero, también cascarrabias y pelionero, construye su muñeco y, una vez terminado, exclama: “¡Qué bien me ha quedado! ¡Cómo me gustaría que tuviese vida y fuese de verdad!”  Y como todo lo que adquiere vida propia crece y piensa por sí mismo, muy pronto se le sale de las manos al titiritero.

Esta es una metáfora de la vida nacional que ha hecho carrera con el candidato Iván Duque. Los contradictores y especialmente quienes odian al expresidente Uribe, que los hay, y muchos, se han dedicado a descalificar al “buen muchacho” con propaganda negra, calificándolo de muñeco y títere de Uribe. Incluso le han dado caprichosamente la imagen de Porky, el cerdito tímido y bonachón de las historietas cómicas, que no corresponde a su personalidad. Pero Matador es matador.


Resulta mis amigos que nuestro “Gepetto”, siendo presidente por segunda vez y al ver que no podía serlo por tercera, pues ya no había articulitos que se lo permitieran, construyó su primer muñeco, pero no se fijó con qué madera lo hacía. Ese era “Juanma”, que proviene de familia de titiriteros y obviamente no quiso ser el títere del momento. Rápidamente, ya con vida propia, traicionó a “Gepetto”, ¡Eh, ave maría!, causándole un shock tremendo y el odio de por vida. Este le resultó además mentiroso y pantallero, y además fue tan descuidado y aventurero, como el Pinocho original, que le rompió los tres huevitos que cuidaba con tanto esmero. Para su infinita rabia ese muñeco se ganó un Nobel, que tampoco le perdona, más por la razón por la cual se lo ganó, que por el premio mismo. ¡Quién lo creyera!

A mitad de camino, el carpintero de marras, construyó otro muñeco. A ese, una viejita muy simpática y vivaracha, lo llamó “Zurriaga”, y así se quedó. La madera tampoco fue la mejor y no logró suficientes aplausos del público. “Gepetto” lo guardó por un tiempo pensando en reencaucharlo. Y la verdad decidió quemarlo recientemente, cuando lo empantanaron con Odebrecht, una firma corrupta brasilera, que no ha terminado aún de empantanar a más de un titiritero por ahí. Ya no le servía.


Pero se me olvidaba, mis amigos, que el muñeco preferido de “Gepetto” lo construyó a imagen y semejanza suya, eso sí con madera más fina y moldeable. Ya con tanta experiencia en la fabricación de juguetes, este no podía fallarle. Lo llamaron “Uribito” o “Gepettico”, que es lo mismo pues su parecido era impresionante. Lo que no calculó el carpintero era que había pisado muchos callos y tenía muchos enemigos. Otros titiriteros estaban furiosos con él y querían quemarle el muñeco. La verdad es que lo lograron, convirtiéndolo en el chivo expiatorio de “Agro Ingreso Seguro”, ese programa que pretendía apoyar programas campesinos y terminó favoreciendo a propietarios de grandes extensiones de tierra, como ya había sucedido con ministros y gobiernos anteriores, donde los titiriteros eran otros. Siendo un buen muñeco terminó en la cárcel y posiblemente nunca vuelva a ser reencauchado, por lo menos no en 20 años.


Volviendo a Ivan Duque, “Porky” para Matador y todos los enemigos de su candidatura, sobre todo en las redes sociales, es un muñeco construido con muy buena madera. Esta vez “Gepetto” se encargó de escoger la madera con mucho cuidado. Incluso promovió un “reality show” en el que participaron otros cuatro muñecos aún sin tallar ni pintar para poderles ver la madera. Y la verdad no le dieron la talla. Una vez escogido, tallado y pintado, no a su semejanza como los anteriores, sino al gusto de los colombianos: joven, incontaminado, sin rabo de paja, inteligente y preparado, dijo:





“He construido un magnífico muñeco de
madera; y este es un muñeco maravilloso,
que sabe pensar , debatir  y dar respuestas apropiadas.
Con este muñeco me dedicaré a recorrer
mi país para volver al poder y...
tomarme un traguito de vino el domingo 17 de junio.
 ¡Eh! Ave María ¿Cómo te parece a vos Juanma?”


Lo que no sabía “Gepetto” era que este “muñeco” era tan inteligente qué rápidamente se convertiría en titiritero y manejaría las cuerdas del país con mucha propiedad, relegándolo a un segundo plano, para que no hubiera dudas. Esta vez “Gepetto” aceptaba la realidad pues él mismo había decidido no construirlo a su imagen y semejanza sino a la de la mayoría de los colombianos. De esa manera el Duque dejó de ser el “Porky” (gordo, tímido, indeciso y tatareto) de Matador y como presidente de todos comenzó un proceso de reconciliación con los seguidores de los títeres del “Castrochavismo”, con los títeres “Nadaistas” y “Ninis”, con los seguidores de “Porras”, y con todos los títeres y titiriteros que quieren una Colombia en paz, más segura, equitativa, incluyente y “Naranja”. (La Economía Naranja es economía creativa. El color naranja se suele asociar con la cultura, la identidad y la creatividad. Sin embargo, ue el Banco Interamericano de Desarrollo  (BID) la entidad que "pintó" de naranja el valor agregado que generan las industrias y empresas culturales.") 


Por eso el EMPRENDIMIENTO cultural y creativo de Duque se convertiría en una política de Estado en el gobierno NARANJA. Pero ese es otro cuento, mis amigos , que dejamos para más adelante.



 











domingo, 8 de abril de 2018


YO SOY DE LA CALLE

 Ni la calle, ni la insuficiencia económica o cosa parecida formaron a este candidato tan inteligente y preparado, mis amigos. Todo lo contrario, contó con una familia sólida proveniente del viejo Caldas, exactamente de Manzanares, municipio que antes de una última delimitación perteneció al Tolima. Su padre era liberal y su madre conservadora, y como todas esas familias que vivían en áreas rurales y semirurales, sufrieron en carne propia la violencia de los años cincuenta y posteriores. Tenían la ventaja de pertenecer a los dos partidos en pugna, pues de alguna manera el uno protegía al otro: el trapo rojo y azul se turnaban cuando era necesario. Sin embargo tuvieron que salirse para Manizales y así proteger sus vidas. Una vez Humberto De La Calle se graduó como abogado, inició su brillante carrera como juez de Salamina, vecina cercana a Manzanares, donde trabajaba su novia y hoy esposa de toda la vida. 


Pero Humberto no fue siempre tan formalito, aplomado y tranquilo pues aunque estudió en colegios religiosos, desde los quince comenzó a inclinarse por los libros prohibidos. Su madre le encontró un libro de Marx, que se lo sabe de memoria Timochenko (¿Y Petro?), pero que el muchacho no pudo digerir a pesar de su inteligencia sobresaliente. Un cura del colegio le recomendó a su madre que lo quemara. Así lo narra el mismo De La Calle: “Un día mi madre, católica ferviente, encontró el libraco. Lo expropió sin indemnización. Se dirigió al padre Belisario, uno de mis profesores, quien recomendó la hoguera en la cual pereció sin contemplaciones. Me quedó una rara nostalgia: una nostalgia por un vacío que nunca estuvo lleno por mi incapacidad de descifrarlo. El vacío del vacío. También un sabor a rebelión inorgánica. Una cierta tensión en la nuca que no pasaba de ser una vaga insatisfacción informe y borrosa.”



Antes de terminar el bachillerato, ya era un rebelde, un rebelde de las ideas. Todo lo cuestionaba, preocupando a sus profesores, salvándose un par de veces de la expulsión del colegio: tenía tendencia izquierdista, anticlerical y existencialista. Al llegar a la universidad para estudiar derecho, leía a García Márquez, Ernesto Sábato, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa. Igualmente las obras de Albert Camus, Hemingway, Sartre, Faulkner y Steinbeck, pero realmente lo atrajo fuertemente un movimiento incipiente al cual se unió sin pensarlo mucho y de una “manera instintiva”, como lo dice él mismo, convirtiéndose en el “monaguillo del Nadaismo”. Monaguillo por lo pollo para la época pues Gonzalo Arango, Jota Mario Arbelaez, Almilcar Osorio, Elmo Valencia, Jaime Jaramillo, Eduardo Escobar, sus fundadores, eran de una generación anterior a la suya.



Para entender, entonces, un poco a Humberto De La Calle, que siempre ha sido un rebelde, pero no “tirapiedras”, ni ha dado plomo, hay que acercarse a las canteras del Nadaísmo. Ese Nadaísmo de Gonzalo Arango que lo atrajo de una manera absurda. Alberto Aguirre lo describe así: “El proyecto inicial del nadaísmo brota de una angustia existencial, de la desesperación ante un mundo cultural muy estrecho, y busca romper un poco las costras de ese mundo cultural. Tal es la base estructural del manifiesto, muy bella por cierto. No es, en principio, un simple grito, sino que hay un cierto propósito de denunciar la cultura anquilosada.” Y el mismo Gonzalo Arango lo define en su Manifiesto Nadaista: “El Nadaísmo, en un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados pasivos del espíritu y la cultura.”  De hecho, mis amigos, era un movimiento contracultural que se rebelaba contra todo, llegando a ser catalogado por algunos como anarquismo puro, menos por su creador. Sus seguidores eran bohemios, vagos, hippies y Humberto De La Calle, que no se matriculaban en ningún partido o tendencia política y menos en una filosofía determinada. De manera que De La Calle era y no era. Él dice que “del nadaísmo queda el sustrato central: la mente abierta, el deseo de experimentar, el terror al dogma, la búsqueda incesante de la libertad, el derrumbe del mito.”


Pero, ¿qué es lo que estamos viendo realmente en el Humberto De La Calle de hoy?



Es el candidato de un partido liberal anquilosado, dirigido por otro nadaista de juventud, como es Cesar Gaviria, compañeros de aventura en sus Manizales y Pereira juveniles y después muchas veces compañeros de trabajo en distintos gobiernos. De La Calle carga, sin remedio, con el desprestigio de su grupo político, lastre que no le ha permitido despegar en las encuestas, ni en el corazón de los colombianos. Ha tratado de unirse, sin suerte, a Fajardo, que es el único “nadaista” de verdad que queda en Colombia, que parece preferir ni lo uno, ni lo otro sino todo lo contrario, aunque proponga atacar de raíz la corrupción con la educación como eje central de su campaña. 


Alguien decía de Fajardo en estos días: “muchos gestos, muchos globitos y NADA DE NADA en profundidad”, todo debido a la evasión de los temas más importantes. Y ese no es De La Calle… No hay que olvidar que “derrumbó el mito” de que no era posible negociar con las FARC y llegar a un acuerdo, y lo logró. Con su “mente abierta” impulsó la nueva Constitución del 91, como ministro del gobierno de Gaviria, (otra vez Gaviria), transformando nuestras instituciones para bien o para mal, pero transformándolas. Entonces es inexplicable que De La Calle se ha quedado nadando en aguas turbias y tibias sin que pueda tener futuro, contando con una mente clara, con experiencia y profundidad. Todos lo quieren a él pero nadie quiere a los jefes de su partido. Tiene ideología, tiene pensamiento crítico y kilometraje, pero no tiene un carro que lo lleve a la victoria. Es el “vacío del vacío”, expresión suya de cuando su madre le quemó El Capital de Marx, que nunca llegó a leer. De La Calle quiere una revolución pacífica, como la nadaista, sin el uso de las armas, con el intelecto, pero no ha encontrado el camino y se acaba el tiempo.  



¿Será producto de un estado esquizofrénico-consciente”? ¿Estará pasando, mis amigos, por un estado de angustia existencial?






domingo, 25 de marzo de 2018



YO, PETRO






Definitivamente todos tenemos un petro por dentro, al igual que tenemos un argentino. ¿Recuerdan mis amigos que cuando hablamos de vanidad, de convencimiento de sí mismos, decimos que se nos salió el argentino, o que a alguien se le alborotó el argentino? Pues lo mismo nos pasa a la mayoría de los colombianos, incluso de los latinoamericanos, con ese petro megalómano, imponente, retador, autoritario, individualista, detractor, rabioso y pendenciero…, que llevamos a flor de piel. Y eso se debe en buena parte a nuestra herencia española y a que nuestro país es un país de caciques, de aparentes líderes, con personalidades muy fuertes que se imponen generalmente a la fuerza sobre los demás. De ahí surge la violencia intrafamiliar, por ejemplo. Surgen las bandas juveniles en las comunas olvidadas, surgen los maestros dominantes en las escuelas, los choferes de bus o de taxi déspotas y agresivos, los prestamistas sin corazón, los terratenientes urbanos y rurales que someten a los arrendatarios a sus caprichos y exigencias. Surgen también los caciques políticos, los narcotraficantes, las bandas criminales y las guerrillas. Aparecen los comandantes subversivos que con mano de hierro dominan a sus pueblos y les imponen una ideología a sangre y fuego. Aparecen también los dictadores que arruinan una nación. En fin, surgen formas dominantes y despiadadas en todos los campos de la vida cotidiana. Entonces es cuando tenemos que proponernos dominar ese petro, anular ese petro. Y eso requiere un trabajo grande sobre nosotros mismos para poder transformarnos y ser mejores.

Pero como los seres humanos somos como cebollas cabezonas, con capas y más capas, ese petro también tiene una capa de sensibilidad social, tiene el gusanito de Robin Hood buscando la forma de equilibrar las cargas en la sociedad, conoce historias de olvido y abandono por parte del Estado, ve la corrupción en algunos policías de tránsito, en los vendedores de tierras en barrios ilegales, en los alcaldes de sus pueblos, en los gobernantes a los que elegimos para que nos administren y ordenen, ve la inequidad y la falta de oportunidades de los más débiles. Eso hace que se llene de rabia y de ideas “non sanctas“. Cuando ese petro aflora, porque la primera capa cayó, viene el interés por la política, por participar en los movimientos progresistas y revolucionarios. Aquí es cuando aparecen opciones democráticas de intervención política pero, OJO, también la opción de levantarse en armas contra el Estado. Ese petro tiene que decidir entre una y otra. Muchos, afortunadamente, decidimos por la opción democrática, pero lamentablemente, unos pocos “con mucho peso”, por la opción violenta. Algunos hasta se regresan del monte después de haber sentido que tomaron una mala decisión.

Ahora bien, cuando aflora ese petro de la conciencia social, de la crítica de unas instituciones corruptas, y de un modelo social y económico inequitativo, pero no se ha caído completamente la primera capa, nos volvemos incapaces de encontrar consensos, de hacer equipo, de tranzar con quienes piensan diferente, de llegar a acuerdos para lograr transformaciones, más lentas tal vez, pero más seguras a largo plazo. Aquí es cuando ese petro nos lleva al fracaso: se vuelve autodestructivo, y todo aquello que podría ser muy positivo en nuestras vidas, desaparece.

Pero mis amigos, cuando se cae completamente esa primera capa, comienza a emerger una tercera, que es el verdadero liderazgo, la capacidad de ver un futuro armónico y equilibrado, la habilidad de lograr consensos, el dejar de sentirse como un elegido, como un mesías, para ser capaz de escuchar a quienes mejor le aconsejan y buscan el bien común. Esa persona, ese líder, es lo que estamos buscando en las próximas elecciones presidenciales. Veamos entonces entre los candidatos quién tiene el petro de la segunda capa y ha dejado emerger la tercera.

Está claro que Uribe, el expresidente, no es candidato porque tendríamos que descartarlo de plano pues su petro de la primera capa es igual a la de esta historia. Sin embargo también tiene una segunda capa, una tercera y otras interiores que están más sanas. Esperemos que como líder de su bancada, logre desarrollar su “amor por la patria. Este mesías se ha empeñado en promover a Iván Duque como su candidato, pero Duque ha tenido que superar a toda la derecha de su partido, inicialmente, y a los socios, también de derecha, que llegaron posteriormente, como son Marta Lucía Ramírez y el troglodita Alejandro Ordoñez. Tuvo que superar la oposición de Fernando Londoño, líder de la derecha más recalcitrante, de María Fernanda Cabal, congresista y esposa de José Félix Lafourie, presidente de FEDEGAN, caracterizados por su defensa de los más poderosos y acérrimos enemigos del Acuerdo de Paz del Colón. Tuvo que superar la competencia de precandidatos como Rafael Nieto, protegido de Luis Alfredo Ramos, Carlos Holmes Trujillo, protegido de Oscar Iván Zuluaga, María del Rosario Guerra y Paloma Valencia, todos más a la derecha que él, convirtiéndose en el verdadero centro del Centro Democrático. Incluso ha dejado a su derecha a Vargas Lleras y Juan Carlos Pinzón, está llenando los espacios de Humberto de La Calle y de Sergio Fajardo, y va a mordisquear los espacios del voto en blanco y de los indecisos para, muy posiblemente, ganar en la primera vuelta.  Lo interesante de este candidato es que no tiene el petro de la primera capa de cebolla y sí tiene mucho de la segunda y de la tercera. Su historia así lo indica, y su discurso y programas de gobierno también. Que no es fácil separarlo de su jefe, que no es fácil olvidar quién es su mecenas, es cierto, pero que tiene madera de líder sano, la tiene. Tiene buenas capas de cebolla: su petro predominante es sano. Los electores así lo detectan.

Pero también hay otras opciones, como Humberto De la Calle, que definitivamente no tiene ya la primera capa, y ese petro no existe en él, y sí tiene la segunda capa muy fresca y sana, tratando de que la tercera emerja y vengan los acuerdos que le son esquivos hasta ahora. Y está Sergio Fajardo, con media primera capa sin caérsele, una segunda bien intencionada pero opaca y una tercera que tampoco emerge completamente. Tiene un petro deslucido, y eso lo marcan las encuestas. En Vargas Lleras es evidente que se quedó con el petro de la primera capa de la cebolla y tiene deslucidas o descoloridas la segunda y la tercera. Su historia y su comportamiento así lo indican. Las encuestas también.

De maneras mis amigos que hay que dejar caer esa primera capa de la cebolla, no equivocarnos manteniéndola ahí y, más bien, trabajar sobre nuestras capas interiores y elegir bien.


  
            




lunes, 12 de marzo de 2018




PRESOS DE LA NECESIDAD O PRESOS DEL PÁNICO


El analfabetismo sigue siendo un mal de nuestro tiempo, mis amigos. En principio el analfabeta no sabe ni leer ni escribir, teniendo ya 15 años. En Colombia tenemos 5.8% de analfabetismo, lo que significa cerca de 3 millones de personas. Eso quiere decir que estamos a punto de aparecer en las estadísticas de la UNESCO como país libre de analfabetismo, que es cuando estemos por debajo del 4%, según sus normas. Pero resulta que existe también el analfabetismo funcional que es el de aquel que sufre de “incapacidad de interpretar, argumentar y proponer”. Si eso lo midiéramos nos daría una cifra muy pero muy superior a la inicial. Y si ese concepto lo llevamos a la política, hablaremos entonces de analfabetismo político funcional (¿80%?), como existe el analfabetismo digital funcional, del cual hablaremos en otro momento, y que tiene que ver con el uso y abuso de las redes sociales.


Precisamente se atribuye al dramaturgo Bertolt Brecht el concepto de que “el peor analfabeta es el analfabeto político. El que no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El que no sabe que el costo de la vida, el precio de la papa, del pescado, la harina, del alquiler o de sus medicamentos, dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe, el imbécil, que de su ignorancia nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de los bandidos que es el político corrupto y el lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”. Fuerte concepto, ¿no es verdad?


En nuestro país, como en muchos otros, hacemos gala de analfabetismo político rampante. Y eso se ve en las encuestas electorales, en cómo los grandes medios nos acercan a las elecciones, en la forma como se usan las redes sociales, en la misma forma como los políticos hacen política sin propuestas, (con egoísmo y engaño), en la manera como los electores escogen sus representantes, (con ignorancia de la historia, de las condiciones sociales y económicas en que vivimos, no solo individual sino colectivamente), sin exigir propuestas serias, realizables y sostenibles. Hay apatía, conformismo e indiferencia por involucrarse un poco más. Preferimos dejar que otros construyan el país que queremos.


Hemos olvidado que estamos en una democracia deliberante en la que no se justifica “estar presos de la necesidad o estar presos del miedo”. Eduardo Galeano decía que “unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen y otros no duermen por el pánico de perder lo que tienen”. La polarización que tenemos en estas elecciones es un claro ejemplo de que el populismo que está calando fuertemente, estimula las necesidades de la gente y promueve la lucha de clases, con propuestas vaporosas no fácilmente sostenibles en el tiempo, creando una caja de Pandora. Igualmente hay dirigentes de derecha que hacen política estimulando el pánico a perder lo que se tiene, queriendo convertirnos a todos en presos de nuestros deseos y temores. En las encuestas están desapareciendo los puntos medios, los más reflexivos y ponderados, para dar paso a los extremos. Al final, como van las cosas, tendremos que escoger uno de los extremos. ¿En la segunda vuelta quedaremos presos y sin salida?


Escuchando las conversaciones de la gente, he confirmado el analfabetismo político funcional a que me refiero. Los petristas, no los progresistas, porque Petro es caudillista y un poco megalómano, dicen, entre otras cosas, que van a ganarle a las oligarquías para reivindicar a los más pobres, redistribuyendo la riqueza. Y eso significa para el otro extremo, los uribistas, los del otro caudillo, que hay que quitarle a los que tienen para repartirlo entre los que no tienen. Pánico entre los de clase alta y clase media. Euforia entre los de clase baja o más pobre. Pero resulta que tenemos una democracia con tres poderes públicos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además del poder privado de los medios de comunicación. Cualquier cambio o transformación importante que quiera hacer Petro, si llega a ser Presidente, debe pasar por el Legislativo y por el Judicial, además de la opinión y debate en los medios. Con una oposición gigantesca en el Legislativo, por lo que se ve va a pasar en las elecciones de este domingo, y además perseguido por el Judicial y órganos de control, por sus desmanes y autoritarismo ejercido durante su alcaldía en Bogotá, y con el asedio permanente de los grandes medios de comunicación que lo ven como “castrochavista”, quedará tan maniatado que no podrá cumplirle a sus electores. Y como todos sabemos que no tiene capacidad de buscar consensos, que no tiene flexibilidad, y es terco, autoritario, individualista y megalómano, como lo demostró en su gobierno capitalino, tratará de imponerse por otros medios, unos legales y otros “non sanctos”. Convocará al constituyente primario para que se realice una Constituyente que derogue el Congreso donde sería minoría, generando una crisis institucional. Buscaría incluso un autogolpe, piensan los más “paniquiados”.

 


Los del otro extremo no se quedarán quietos, se dice en los corrillos. Entonces vendrán las obstrucciones y bloqueos a su gobierno, y estimularán el golpe de estado o el magnicidio incluso.  El golpe de estado, que aunque hace rato no se hace efectivo en Colombia, puede cuajar con relativa facilidad. Dice la extrema derecha que la Fuerza Pública ha sido humillada por el gobierno de Santos y por el Acuerdo de Paz con las FARC y no permitirán cambios a la fuerza. Muchos creen que están listos para intervenir, con el apoyo de USA, que no querría que se expandiera el “socialismo bolivariano” por toda América Latina.

Entonces mis amigos, salgámonos un poco de ese analfabetismo funcional y desprecio por la política para intervenir como electores serios y comprometidos. Que pasadas las elecciones parlamentarias, que son fortín de las maquinarias, podamos concentrarnos en las ideas, en las propuestas de los candidatos, en construir el país que soñamos. Ni presos de la necesidad, ni presos del pánico. 

   




      


VIAGRA Y POLÍTICA A veinte años de haberse descubierto por accidente el VIAGRA (1998), por PFIZER, cuando buscaba una solución para...